sábado, 26 de abril de 2008

La religión del dios Mercado*


LA RELIGIÓN DEL DIOS MERCADO

Lo que en realidad caracteriza el momento histórico que vivimos es la emergencia y la expansión de un nuevo sistema de valores y creencias, cuya función religiosa queda oculta tras el envoltorio secular con el que se presenta. El auténtico fenómeno global, la única religión verdaderamente mundial, que se ha extendido desde el norte hasta el sur, del este al oeste, impregnando la práctica totalidad de las instituciones colectivas y las conciencias de los seres humanos, es la religión del Dios Mercado.

El mercado es el nuevo dios de los tiempos modernos. La economía es su teología, y los economistas , sus teólogos . Los publicistas y medios de comunicación son sus mejores predicadores, y la mayor parte de los políticos, sus relaciones públicas. La producción-consumo constituye su rito religioso central, y la acumulación de beneficios, en forma de capital, objetos o riquezas, su paraíso en la tierra.

Aunque nunca hayamos hecho profesión de fe formal para ingresar en esta religión, nos han ingresado en ella sin pedirnos nuestra opinión y, lo que es más grave, sin que ni siquiera nos demos cuenta.

No ha habido en toda la historia de la humanidad un fenómeno de manipulación en masa tan grande, tan eficaz y tan taimado como éste, dado que la manipulación perfecta es aquella que no aparece como tal, sino como el orden natural del mundo.

La religión de mercado es una religión totalitaria que está devastando las sociedades humanas, el medio ambiente y los grandes valores de las civilizaciones a los que han llegado después de muchos siglos de evolución.

La religión de mercado es una ideología totalitaria. Convence por la fuerza. Primero por la fuerza de la persuasión y del engaño (publicidad, medios de comunicación), después por la fuerza de la presión económica ( si no lo haces como te digo, no podrás sobrevivir) y, por último, por la fuerza de los poderosos ejércitos y la industria armamentística, que trabajan para ella ( en el caso de que alguien se obstine en no aceptar sus principios) .

La religión de mercado está basada en un sacramento doble: la producción y el consumo. Lo que espera de sus adeptos es que produzcan cuanto más mejor (aunque lo que produzcan no sea de ninguna utilidad real para la vida) y consuman cuanto más mejor ( aunque lo que consuman no sea de ninguna utilidad real). Aquellos que cumplan con este sacramento son considerados miembros de pleno derecho y obtienen el visado al paraíso del beneficio ilimitado destinado a los elegidos.

La persuasión de los propagadores de la religión del mercado es tan sutil y eficaz que no nos damos cuenta de que estamos siendo obligados a comulgar con sus ritos. Es más, ni siquiera nos damos cuenta de que estamos siguiendo sus ritos y creemos que lo que hacemos es el resultado de nuestro libre albedrío. Si alguien intenta salirse del ritual impuesto por el Dios Mercado se encontrará marginado, sin trabajo, sin dinero para pagar la comida o el techo, sin tarjeta de crédito, sin crédito…, proscrito…, como lo están millones de seres humanos en el planeta Tierra que aún no han sido iniciados en este ritual moderno.

Tenemos la responsabilidad individual y el imperativo histórico de tomar conciencia de la realidad en la que vivimos, de la crisis global que estamos atravesando. Necesitamos indagar en sus causas y poner en pie un nuevo sistema de valores que nos permita una existencia realmente humana.

* Del libro “ Zen en la plaza del mercado", de Dokusho Villalba

Enviado por: Carlos Rada, antiguo colaborador de La Luna Sale a Tiempo

20080707

No hay comentarios: